Gimnasia en la oficina
Cómo montar un gimnasio en la propia empresa
Contar con empleados sanos merece la pena. Por eso cada vez más empresas invierten en fomentar la actividad física entre su personal, ya sea colaborando con gimnasios o montando sus propias salas de entrenamiento.
Aquí te explicamos
- qué ventajas económicas tiene ofrecer gimnasia en la empresa;
- qué conceptos tienes a tu disposición;
- cuál es la forma correcta de montar un gimnasio en tu empresa.
Por qué es económicamente rentable ofrecer actividades físicas a los empleados
Antes el deporte era un asunto personal, pero ahora las empresas quieren que sus empleados estén contentos. Sin embargo, esto no es lo único que ha cambiado.
Y es que el hecho de que los empleados puedan hacer gimnasia en la empresa beneficia al empleador en varios sentidos:
Menos bajas laborales
Los dolores de espalda son uno de los motivos más frecuentes de baja e incapacidad laboral en las empresas alemanas. La causa de ello no solo está en el tiempo que los empleados pasan sentados delante del escritorio, sino también en un déficit permanente de actividad física. Si ofreces a tus empleados la posibilidad de practicar deporte durante su jornada laboral, estarán más tiempo en condiciones de trabajar y se ausentarán menos.
Más eficiencia
Por lo general, los empleados sanos son más eficientes que los que sufren dolores y limitaciones de movilidad, y no solo en el caso de trabajos físicos. Las personas que pasan la mayor parte del tiempo sentados en el escritorio se concentran mejor si su circulación sanguínea es buena y su espalda no les da problemas.
Más satisfacción
El deporte mejora el estado de ánimo y ayuda a mitigar el estrés laboral. Así pues, practicar gimnasia en el trabajo contribuye a que los empleados se sientan mejor y a que se estresen con menos facilidad.
Un aliciente para profesionales
Con iniciativas que fomenten la salud, como un gimnasio en la propia empresa, ganarás puntos entre los profesionales más solicitados, quienes ya no solo se deciden por una oferta laboral en función del salario ni se dejan engatusar por una política de salud consistente en una simple cesta de fruta. Un gimnasio dentro de la empresa en el que puedan entrenar gratis es un gran aliciente para estos profesionales, a quienes además podrás retener más fácilmente si te preocupas por su salud.
Ventajas fiscales
En función de cómo diseñes la política de salud en tu empresa puedes beneficiarte de determinadas ventajas fiscales. Consulta a tu asesor fiscal.
Tres conceptos para introducir la gimnasia en la empresa
Colaboraciones con gimnasios
Es frecuente que las empresas subvencionen la cuota del gimnasio de sus empleados, lo que permite a estos acudir a gimnasios de una determinada cadena a un menor precio o incluso de forma gratuita. Muchos gimnasios tienen atractivas ofertas de colaboración para estos casos. A veces incluso elaboran programas a medida de las empresas. El inconveniente de estas subvenciones es que son los propios empleados quienes deben encontrar la motivación para aprovecharlas. La empresa en este caso influye poco. Lo mismo ocurre con las colaboraciones con escuelas para adultos o estudios de yoga. En caso de duda, solo una parte del personal aprovecha estas ofertas.
Deporte de empresa
El deporte de empresa, como por ejemplo salir a correr en grupo después de trabajar o hacer excursiones en bicicleta, refuerza el sentimiento de comunidad. Sin embargo, a menudo es individualista, porque por ejemplo se limita a correr, y es difícil que atraiga a los que no son muy deportistas. Además, conlleva mucho trabajo de organización. Así pues, el resultado de estas iniciativas no suelen ser un entrenamiento correcto.
Gimnasio en la propia empresa
Cada vez más empresas deciden montar un gimnasio en sus instalaciones, lo que les ofrece la ventaja de tener todo el control. Así, pueden diseñar su gimnasio para que se adapte a distintos grupos de empleados y para que cubra necesidades especiales de la empresa. En la mayoría de los casos basta con una pequeña sala con el equipamiento adecuado. De este modo, los empleados pueden darse una vuelta por el gimnasio antes o después de su jornada laboral.
Equipamiento fitness en la oficina - Lista de comprobación
- Determinar las condiciones particulares
Analiza a tu personal. ¿Tienes muchos empleados a los que les guste hacer deporte y lo hagan a menudo? ¿Cuál la estructura de edad de tu personal? ¿Cuántos empleados tienen patologías previas? ¿El trabajo en tu empresa supone algún esfuerzo físico especial?
- Diversificar las opciones de entrenamiento
Lo ideal es que tus empleados puedan realizar diversos entrenamientos en el gimnasio, practicar ejercicios de fuerza y resistencia, y mejorar la coordinación. También puedes ofrecer cursos de yoga dirigidos por un profesor experimentado. Cuantos más empleados atraigas, mejor.
- Aparatos ergonómicos y fáciles de utilizar
Los aparatos de gimnasia deben ser fáciles de utilizar para los principiantes e implicar un bajo riesgo de sufrir lesiones. El equipamiento básico de un gimnasio de empresa incluye elípticas, máquinas de remo, cintas de correr y bicicletas estáticas, así como aparatos para ejercitar la fuerza de los grandes grupos musculares. También se puede añadir una zona de pesas si muchos de tus empleados tienen experiencia en los ejercicios de fuerza.
- Instrucción profesional
Contar con instructores profesionales es obligatorio. Quizá puedas formar a algún empleado como entrenador, aunque siempre puedes recurrir a personal externo. A la hora de elegir los aparatos es imprescindible que compruebes que están provistos de los correspondientes certificados y que son de buena calidad. De lo contrario corres el riesgo de que esta medida para fomentar la salud tenga el efecto contrario.
- Ambiente agradable
Tu gimnasio se usará más cuanto mejor se sientan los usuarios en él. Esto se consigue por ejemplo instalando un suelo que no haga sufrir las articulaciones, grandes espejos que permitan a los deportistas comprobar la correcta ejecución de los ejercicios y una iluminación agradable. Quizá tengas espacio incluso para instalar aseos o duchas.
Entrenar mientras se trabaja. Así funciona:
¿Hacer gimnasia mientras se trabaja en el escritorio? Sí, también es posible. Empieza instalando mesas de altura regulable para que los empleados puedan ir cambiando constantemente de posición y puedan trabajar tanto de pie como sentados, ejercitar la espalda y la musculatura de las piernas y activar su circulación sanguínea.
El paso siguiente es adquirir aparatos de gimnasia para el escritorio. Una bicicleta de escritorio puede sustituir perfectamente la típica silla. Pedaleando suavemente se consigue combinar el ejercicio de resistencia y el trabajo de escritorio. De forma parecida funcionan las minibicicletas y los minentrenadores elípticos que pueden colocarse cómodamente debajo de la mesa.
Aunque este tipo de aparatos de gimnasia no sustituyen al gimnasio, son un valioso complemento y contribuyen a evitar las típicas molestias de oficina, como el dolor de cabeza, el cansancio y las contracturas, sin tener que abandonar el puesto de trabajo.
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